Amb data 5 de juny, festivitat de la Pentecosta, ha entrat en vigor la nova Constitució Apostòlica del papa Francesc Praedicate Evangelium (Prediqueu l’evangeli) sobre la Cúria Romana, que institucionalitza els canvis, en gran mesura, ja realitzats en aquest organisme que ajuda al Papa en el seu servei a l’Església universal.
La prioritat de l’evangelització i el paper dels laics són les principals idees que vinculen la nova Constitució Apostòlica amb el Concili Ecumènic Vaticà II. El Papa recorda al Preàmbul que “Tot cristià, en virtut del Baptisme, és un deixeble missioner en la mesura que ha trobat l’amor de Déu en Crist Jesús”. D’aquí la participació de laics i laiques en funcions de govern i responsabilitat. Si “qualsevol fidel” pot presidir un dicasteri o un òrgan curial, “donada la seva particular competència, el seu poder de govern i la seva funció particular”, és perquè tota institució de la Cúria actua en virtut del poder que li ha confiat el Papa.
Las 7 claves de la nueva Constitución Apostólica del papa Francisco (Vida Nueva digital):
Más de 240 artículos en 11 capítulos componen la nueva constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’. En este documento, publicado por la Santa Sede hoy, solemnidad de San José, el papa Francisco promulga su reforma sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia en el mundo. Entrará en vigor el 5 de junio de 2022, solemnidad de Pentecostés, perdiendo así vigencia la constitución apostólica ‘Pastor bonus’, de Juan Pablo II.
Este es el documento que consolida la organización que Francisco ha puesto en marcha durante los últimos años, con cambios en los organismos esenciales del funcionamiento de la Santa Sede. A continuación, las 7 claves de la nueva constitución apostólica que regirá la Iglesia durante los próximos años:
1. Cualquier fiel puede dirigir un Dicasterio
En el texto se detalla no solo el funcionamiento de la Curia y de los organismos del Vaticano, sino que se da una especial importancia a la sinodalidad como medio de evangelización y de crear conexiones más fuertes en la vida de la Iglesia. Tanto es así que, entre los principios generales de ‘Praedicate Evangelium’ se especifica que “todos”, lo cual incluye a los laicos y laicas, pueden ser nombrados para llevar a cabo funciones de gobierno y responsabilidad de la Curia romana.
2. Gran importancia a la protección de menores
El documento traspasa la Comisión Pontificia para la Protección de Menores al seno de la Curia, uniéndola al Dicasterio para la Doctrina de la Fe: “La tarea es asesorar y aconsejar al Romano Pontífice y también proponer las iniciativas más adecuadas para la protección de los menores y de las personas vulnerables”.
3. Reforma de la Curia
La Curia romana ya no estará únicamente al servicio del Papa, sino que pasa a estarlo de todas las diócesis –no solo para comprobar su funcionamiento–. Asimismo, el texto insiste en la necesidad de crear mecanismos de colaboración y trabajo en red entre los dicasterios. Por último, se exige a los miembros de la Curia, así como a quienes trabajen en los distintos dicasterios, “integridad personal y profesionalidad”.
4. Reducción de dicasterios
La nueva Constitución Apostólica reduce el número de Dicasterios, uniendo aquellos cuya finalidad fuera muy similar o que se complementaban entre sí con el objetivo de hacer más eficaz el trabajo. Al mismo tiempo, se suprimen los Consejos Pontificios y las Congregaciones para pasar a llamarse, todos ellos, Dicasterios.
5. Dicasterio al Servicio de la Caridad
Nace el nuevo Dicasterio para el Servicio de la Caridad (Limosna Apostólica), que “ejerce en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda” hacia los necesitados en nombre del Papa.
6. Dicasterio para la Evangelización
La Constitución Apostólica crea, asimismo, un gran ‘ministerio’ para la Evangelización en el que se unifica la labor que hacen hoy la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda Fide) y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Ambos se fusionan y pasan a ser el Dicasterio para la Evangelización, presidido directamente por el Papa.
7. Un gran ‘Ministerio de Cultura’
Por otro lado, la Constitución Apostólica fusiona también el Consejo Pontificio para la Cultura y la Congregación para la Educación Católica, que pasan a ser el Dicasterio para la Cultura y la Educación. Estará dividido en dos secciones: una dedicada a la promoción cultural y la animación pastoral; y la otra para desarrollar los principios de la educación en los centros de estudio católicos.