Aquesta és una expressió ben sincera que brolla espontàniament del nostre cor en la celebració del 44è aniversari de l’ordenació sacerdotal de Mossèn Joan.
Avui, Solemnitat de Tots Sants, el grup de joves de la parròquia que es preparen per a rebre el sagrament de la Confirmació, han volgut transmetre en nom de tota la comunitat una felicitació agraïda al nostre rector.
Pedro, el nostre seminarista, li ha dedicat unes paraules molt emotives:
"La vida es una larga lección. Saber escucharla sería bueno así podríamos tener mayor comunicación con nosotros mismos, y de esta manera podernos expresar mejor con los demás. A veces guardamos expresiones de amor y gratitud con las personas especiales que Dios nos pone en nuestro camino, dejamos pasar oportunidades donde podríamos comunicarnos sentimientos de gratitud y de cariño, pudiendo con ellas construir lazos de amor y de hermandad.
Hoy no queremos dejar pasar la oportunidad de expresar nuestro agradecimiento a Dios por permitirnos celebrar 44 años de vida consagrada de un hombre que nos acompaña en nuestra parroquia, demostrándonos que el camino del éxito en la vida es seguir el camino de Jesús siempre y cuando estemos dispuestos dejarnos moldear por su amor.
Ahora queremos decirle a este hombre consagrado a la vida sacerdotal “mil gracias” por ese “SI” a esa llamada de servicio y de amor reflejado en el trato con nosotros, por su ejemplo, su entrega y tenacidad en el trabajo pastoral, y por estar con nosotros compartiendo su felicidad.
Por demostrarnos que sólo con la confianza depositada en Dios podemos mantenernos en esta perseverancia, ya que cualquiera que sea nuestra meta si siempre nos valemos de la fuerza de Dios y de su Hijo Jesucristo, siempre podremos ser constantes y luchar por los sueños. Pero no sólo un día. Porqué los hombres que luchan por sus sueños un día son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. Gracias Mosén Joan Mora.”
Tot seguit uns joves han presentat unes ofrenes al•lusives a la vida consagrada: la creu, la terra i les llavors, les sandàlies, les flors i uns ciris encesos. El cant “Color esperanza” que han interpretat, ha volgut reforçar l’expressió dels sentiments que compartíem reunits al voltant de l’altar.
Prèviament Mossèn Joan ha centrat l’homilia en la vocació que tots rebem de Déu i en la resposta que espera de nosaltres, que sempre és la que ens ha de portar, com a batejats, al creixement de la vida cristiana fins a la santedat.
Enmig d’un ambient jove i alegre s’ha desenvolupat l’eucaristia iniciada amb una reflexió sobre les Benaurances, el programa de vida que ens proposa Jesús, i del qual Mossèn Joan ens n’ofereix un modèlic testimoni dia a dia. Gràcies!
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